Internet y la nueva cotidianidad

Maestra salvadoreña trabajando desde su casa. Imagen: MINEDUCYT

Carlos Molina Medrano*

La pandemia nos ha movido la forma de hacer muchas actividades, especialmente las actividades que hacemos en el hogar debido al confinamiento. Sin duda que, para una buena parte de la población salvadoreña, la válvula de escape ha sido el Internet, pero también está siendo utilizada como una herramienta para mantener, en parte, la actividad laboral y productiva del país.

Nosotros, padres y madres de familia, tenemos que trabajar desde la casa haciendo uso cada vez de mayor cantidad de aplicaciones que funcionan a través del Internet. Muchos de nuestros hijos e hijas han tenido que adaptarse a trabajar con guías de aprendizaje, realizar tareas y enviarlas por Internet.

Desde el año 2005, se celebra todos los 17 de mayo, el Día de Internet a nivel mundial, inicialmente un grupo de usuarios organizados dieron pie a dicha celebración y luego la Organización Mundial de Naciones Unidas la retomó. Este año 2020, la celebración del Internet nos encuentra en plena pandemia y ahora más que nunca es necesario repensar el uso de esta poderosa herramienta que nos transformó radicalmente la vida.

De hecho, la misma celebración de Internet en El Salvador ha tenido que cambiar, antes nos reuníamos en un hotel para escuchar charlas sobre los avances de la red de redes y ver demostraciones. Ahora nos hemos reunido por una red social y una aplicación de webinario. Es decir, hemos adaptado una actividad presencial que hacíamos año con año al mismo Internet.

En vista de que esta pandemia augura que nos hará permanecer mucho más tiempo en casa, mientras se instaura una nueva normalidad y dentro de esa nueva normalidad nuevas cotidianidades, se conocen de decisiones en el seno de muchas empresas y de otro tipo de organizaciones de mantener el trabajo en casa unos días durante la semana, cuando aparezca esa nueva normalidad.

Es necesario recordar que otra de las lecciones que nos deja la pandemia es que nos demuestra que podemos cambiar nuestras actividades contribuyendo a la reducción de la huella ecológica que le generamos al planeta, y, además, reducir los niveles de estrés del tráfico vehicular que se traduce en una contribución a la salud mental.

Esta situación nos ha llevado a arreglárnosla para hacer pagos en línea a lidiar con plataformas digitales tanto de nuestros trabajos como de nuestros hijos, eso ya constituye una nueva cotidianidad a nivel personal, que muy probablemente no se va ir cuando llegue la nueva normalidad.

Es muy importante comprender que la virtualidad, que es interactuar con otras personas sin contacto físico, tampoco sustituye la presencialidad que siempre es una experiencia más rica y determinante en nuestra realidad. No es lo mismo ver a nuestros abuelos por una videollamada que abrazarlos y demostrarles físicamente nuestro cariño, seguimos siendo seres sociales que nos basamos en la presencialidad.

La virtualidad es un complemento para actividades que pueden ser sustituidas parcial o totalmente como los pagos, la mayoría de las compras, viajes a otros países por cuestiones laborales, el mismo trabajo tiene una serie de actividades que se pueden realizar sin presencialidad, sin estar presente en una oficina. La educación tiene la revisión de contenidos que puede ser sustituido y algunas actividades formativas, pero no siempre sustituir completamente el trabajo y el estudio es una buena idea, ya que las sinergias que se pueden crear con los compañeros y compañeras están dadas por relaciones que se cultivan mayoritariamente de forma presencial, cara a cara.

Internet nos ha demostrado en tiempos de pandemia que es mucho más poderosa de lo que creíamos, pero también nos ha revelado que necesitamos de competencias para un uso adecuado para que sirva como herramienta para el desarrollo personal y para el desarrollo de nuestro país. Tendremos que incorporar en nuestras cotidianidades el ser más efectivo con el uso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación, pero, además, incorporar en nuestra realidad el desarrollo de estrategias que nos permitan diferenciar entre información y desinformación y entre los variados riesgos del Internet tanto para nosotros como adultos como para nuestros hijos.

Que la nueva realidad nos haga más responsables con el Internet y utilizarla como una herramienta para el desarrollo humano. ¡Feliz día del Internet!

* Coordinador de Transformación Digital de la Fundación pro Educación de El Salvador (FUNPRES).

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