Rita Grimaldi. Especialista en Psicología Clínica y Coordinadora del CEAP de FUNPRES.

El 30 de marzo se conmemora el Día Mundial del Trastorno Bipolar con el objetivo de concientizar sobre este trastorno, pero también para eliminar su estigmatización social. El trastorno bipolar es un trastorno mental grave que produce cambios abruptos en el estado de ánimo, en los cuales la persona puede pasar de encontrarse en estados depresivos a maníacos, en donde también ocurren cambios en la forma de pensar y las conductas. De acuerdo con Torales y Navarro (2019) al menos un 2% de la población a nivel mundial padece de este trastorno, que equivale alrededor de 45 millones de personas.

Estos episodios interfieren de forma significativa en la vida cotidiana de la persona que lo padece y en su entorno, con importante repercusión en su salud y calidad de vida.

A continuación, te explicamos sobre los diferentes episodios del trastorno:

Episodio maníaco

            De acuerdo con la APA (2014), el episodio maníaco se caracteriza por un estado de ánimo elevado, expansivo o irritable, y un aumento anormal y persistente de la actividad o la energía. El estado de ánimo se suele describir como eufórico, excesivamente alegre, alto o «sintiéndose por encima del mundo». El episodio debe durar como mínimo una semana y estar presente la mayor parte del día, casi todos los días.  De tal forma que la alteración del estado del ánimo es suficientemente grave para causar un deterioro importante en el funcionamiento social o laboral.

Durante este período, deben manifestarse al menos tres o más de los siguientes síntomas, de manera significativa y que representen un cambio notorio en la conducta: a) aumento de la autoestima o sentimiento de grandeza; b) disminución de la necesidad de dormir; c)  las persona se muestra más habladora de lo habitual o presiona a mantener la conversación; d) fuga de ideas o experiencia subjetiva de que los pensamientos van a gran velocidad; e) facilidad de distracción (atención cambia fácilmente a estímulos externos poco importantes o irrelevantes); f) aumento de la actividad dirigida a un objetivo (social, en el trabajo o la escuela, o sexual) o agitación psicomotora (es decir, actividad sin ningún propósito no dirigida a un objetivo); g) participación excesiva en actividades que tienen muchas posibilidades de consecuencias dolorosas (APA, 2014, p. 124).

Episodio hipomaníaco

            De acuerdo con la APA (2014), el episodio maníaco es muy similar al episodio hipomaníaco. La única diferencia es que la alteración del estado de ánimo es elevado, expansivo o irritable, y hay un aumento anormal de la actividad o de la energía, debe durar como mínimo cuatro días consecutivos y está presente la mayor parte del día, casi todos los días. Cabe resaltar que episodio maníaco es más grave que el hipomaníaco.

De igual forma, se deben presentar al menos tres o más de los síntomas característicos del episodio maníaco, de manera significativa y que representen un cambio notorio en la conducta. Si embargo, el episodio hipomaníaco tiene la característica que no es lo suficientemente grave o fuerte para causar una alteración importante en el funcionamiento social o laboral. De tal forma que, para poder diagnosticarlo, la alteración del estado de ánimo y el cambio en el funcionamiento son observables por parte de otras personas.

Episodio de depresión mayor

            De acuerdo con la APA (2014), el episodio depresivo se caracteriza por: a) un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días; b) disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días; c) pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso o disminución o aumento del apetito casi todos los días; d) insomnio o hipersomnia casi todos los días; e) agitación o retraso psicomotor casi todos los días; f) fatiga o pérdida de la energía casi todos los días; g) sentimientos de inutilidad o de culpabilidad excesiva o inapropiada casi todos los días; h) disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o de tomar decisiones, casi todos los días; i) pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.

Para poder diagnosticarlo, deben estar presentes cinco o más de los síntomas antes descritos, así como estar presentes durante dos semanas y deben afectar el funcionamiento social, laboral o en otras áreas del individuo.

En Funpres estamos comprometidos con la salud mental de la población salvadoreña. Si sientes alguno de los síntomas anteriores puedes acercarte a nuestro Centro de Evaluación y Atención Psicológica y te podremos ayudar en lo que necesites.

Referencias

APA (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5a Edición). Arlington: Asociación Americana de Psiquiatría.

Torales, J., y Navarro, R. (2019). Trastorno límite de la personalidad y trastorno bipolar: del solapamiento de criterios diagnósticos al solapamiento clínico. Anales. Facultad. Ciencias Médicas (Asunción), 52 (1), 59-62. doi: http://dx.doi.org/10.18004/anales/2019.052(01)59-062

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