La importancia de la salud mental
En este momento en que una crisis mundial ha impactado a toda la humanidad, se vuelve prioritario conversar de un tema vital: la salud mental.
Cada 10 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, con objetivos como crear conciencia sobre su importancia, sensibilizar a la población y a los gobiernos e impulsar estrategias para la adecuada detección y atención de los problemas mentales.
FUNPRES – Fundación pro Educación y de El Salvador, ha contribuido para que las y los salvadoreños puedan manejar la crisis emocional durante la pandemia, realizando una serie de acciones para la orientación y atención de la condición socio emocional, y salud mental de las personas en esta realidad que ha impactado al mundo entero.
Ante esta realidad, los gobiernos de los diferentes países definieron y siguieron protocolos para afrontar la crisis por el virus COVID-19, intentando reducir con ello, el impacto que la pandemia pudiera ocasionar en la vida de sus ciudadanos a nivel colectivo e individual.
Es por eso que reconocer que el mundo entero y El Salvador ha tenido que hacer frente a una crisis es necesario, así como el considerar los efectos que ha podido producir. Una crisis se puede definir como la reacción conductual, emocional, cognitiva y biológica de una persona ante un evento precipitante, que ocurre aceleradamente, convirtiéndose en un estado temporal de desorganización y necesidad de ayuda en el equilibrio psicológico de cada individuo, es decir un cambio brusco o una modificación importante en el desarrollo de algún suceso vivido. Este cambio representa un desafío que, de ser resuelto y superado, llevará a una nueva etapa en el espiral del crecimiento personal.
De forma paralela y como medida de resguardo, se da inicio en marzo a una nueva experiencia, vivir en cuarentena, la cual según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es considerada como una crisis de salud mental, aumentando el estrés y otras alteraciones emocionales que pueden evidenciarse a través de manifestaciones físicas, cognitivas, relacionales y emocionales.
Si aplicamos esta vivencia en la vida individual y colectiva, podríamos hacernos la siguiente pregunta ¿Cómo respondemos los seres humanos a las crisis? No todos reaccionamos de igual forma ni con la misma intensidad, mucho de lo que nos impacta depende de nuestra forma de interpretar la realidad, si la vemos como amenaza o como oportunidad de aprendizaje.
Algunos de las indicadores que podemos observar en las personas ante las situaciones de crisis, se enmarcan en las áreas cognitivas, emocionales, sociales y físicas; específicamente podemos mencionar la presencia de un miedo intenso que puede llevar al incremento de las emociones y el descontrol, generando irritabilidad, enfado, fatiga, pánico, desorganización o a un nivel más cognitivo, la confusión del pensamiento; también pueden generarse otras alteraciones como en el área del sueño, del apetito y el llanto, desesperación, entre otros.
Esta realidad que nos impacta, debería de llevarnos a pensar ¿Qué hacer entonces ante estos cambios? Buscar las alternativas que nos permitan cuidar nuestra salud mental, es una excelente respuesta. Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental puede definirse como el estado de bienestar en el cual la persona se ve capacitada para poder afrontar los diversos retos que le propone la vida, siendo un individuo que trabaja de forma productiva y hace contribuciones a sus entornos. La salud mental por tanto es importante en todas las etapas de la vida e incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social.
Una buena salud mental nos permitirá fortalecer nuestros recursos personales, es decir nuestro bienestar personal a través de una serie de estrategias que nos fortalezcan individualmente y que nos permitan hacerle frente a las adversidades en la vida, e inclusive aprender de ellas.
Enfatizando esta idea, me podría hacer una nueva pregunta: ¿Quién quiero ser durante la pandemia y después de esta… y ante las otras situaciones de crisis que me tocará vivir? Una de las respuestas a esta pregunta debería ser: aprender a cuidar de sí mismo desde una reflexión personal y honesta, reconocimiento de que nosotros somos principalmente los responsables de nuestro propio bienestar, el cual se extiende más allá del contexto individual para incluir con quienes nos relacionamos, sea nuestra familia, nuestra comunidad, nuestro espacio laboral, o cualquier otro.
Hablemos entonces del autocuidado como medio de fortalecimiento personal, el cual nos lleva a cuidar de nosotros mismos y tomar las medidas requeridas para atender las propias necesidades físicas, emocionales, mentales, financieras, ambientales y espirituales, las cuales son diferentes para cada uno de nosotros y variando día a día. A veces necesitamos un momento para estar quietos y reflexionar, otras veces necesitamos ejercitarnos y otras más, estar con familiares y amistades.
Recomendaciones
Ahora pensemos en algunas recomendaciones que nos pueden ser de utilidad
• Piensa en ti para que pienses en los demás
• Cuídate tu para que cuides a los demás
• Práctica acciones de autocuidado como: hacer ejercicio, comer saludable, dormir 6 horas o más, divertirse, conversar con familiares y amistades, crea espacios para relajarte en tiempo y un lugar físico de tu preferencia, pide ayuda si es necesario.