Por Delia de Ávila *
FUNPRES surgió en 1989 a iniciativa de un grupo de profesionales preocupados por la mejora de la educación y la salud mental de las y los salvadoreños.
La primera etapa fue apoyando la mejora de la educación especial en el país. En 1996, FUNPRES comenzó su labor en el tema de la educación inclusiva, convirtiéndose en pionera y referente en dicho tema, en el que en esta oportunidad requiere un abordaje amplio con el fin de adecuar las necesidades a raíz de la situación que estamos viviendo.
La crisis sanitaria por COVID -19 nos remite a experimentar una modalidad de aprendizaje diferente a la que tradicionalmente estamos acostumbrados, nos hace olvidarnos de las aulas con paredes, pizarras, libros, amistades, juegos, risas abrazos y nos trasladan a unas aulas virtuales frías y sin contacto físico.
Nos enfrentamos a estas aulas con herramientas tecnológicas que la mayoría no utilizábamos lo cual demuestra todos esos obstáculos de este cambio apresurado. Sin embargo, encontramos una alta gama de materiales de autoformación de forma gratuita para disminuir esa barrera sin dejar de mencionar la tenacidad y el esfuerzo del personal docente en los procesos de formación, con el fin de brindar el conocimiento al estudiantado.
Pero esta situación es tan difícil que, seguiremos encontrando muchas más barreras, por lo que debemos interiorizar, reflexionar, proponer y ejecutar acciones precisas para una educación inclusiva en nuestro país.
Metodologías innovadoras
Debemos dejar de replicar metodologías del aula presencial y adaptarnos al escenario que estamos implementando, cambiando la metodología de procesos cognitivos de orden inferior como: colorear, copiar, describir, listar, enumera, etc.
El prescindir de la seguridad del libro de texto, de los ejercicios escritos, de salir de la zona de confort nos permitirá crear en el estudiantado una capacidad de pensar, crear, analizar y buscar información.
Brecha digital
La falta en competencias digitales del personal docente se convierte en un reto a superar y habrá que apostarle a procesos de formación constantes, metodológicos y actualizados que a su vez se reflejen en las competencias digitales del estudiantado, las cuales demuestra que es necesario fortalecer el trabajo en enfoque de competencias tan necesario en la educación del siglo XXI.
Aspectos socioemocionales
La barrera más cruel de esta cuarentena es no poder jugar, abrazar, hablar…. con amigos y amigas; correr, brincar, sentir, vivir y el no poder preguntar al estudiantado cómo se sienten.
Es por esta razón que se necesita establecer actividades necesarias que permitirán la estabilidad emocional para el proceso de enseñanza aprendizaje y la continuidad educativa que no ha contado con las herramientas técnicas ni el abordaje necesario y profesional que éste requiere.
En estos momentos más que nunca el aspecto emocional es clave y debe de contar con un plan sistematizado que permita dar respuesta a estas necesidades.
¿Qué propone la educación inclusiva?
Enfatizando la diversidad de necesidades de las y los estudiantes. Estas necesidades pueden ser específicas de los estudiantes (discapacidad, problemas de aprendizaje, de conducta, etc.), así como situaciones de exclusión social en donde niñas y niños no tengan acceso a la tecnología en sus casas o a un lugar apropiado para estudiar.
Acciones puntuales destacadas en cada área nos hacen contemplar oportunidades y desafíos de cambios, implementación de nuevas estrategias de abordar las necesidades, o diseñar propuestas de formación.
Se debe enfatizar en el derecho a una educación inclusiva, equitativa y de calidad que rompa con el estudiante promedio, que no deje a nadie en los márgenes y que desarrolle siempre los talentos de todo el estudiantado, a eliminar la brecha digital que dificulta el acceso al conocimiento y la participación, promover un desarrollo profesional docente que oriente la formación del profesorado hacia la adquisición de nuevas competencias y habilidades blandas para el liderazgo y la ética y sobre todo el respeto a la diversidad del estudiantado.
Por lo tanto, para lograr una educación inclusiva es necesario cambiar el concepto de educación tradicional, en el cual, la clase magistral debe transformarse en un espacio de aprendizaje activo y lúdico con oportunidades para todas y todos.
* Presidenta de la Junta Directiva de la Fundación Pro Educación de El Salvador (FUNPRES)