Todos los 7 de febrero de cada año se celebra el Día Internacional del Internet Seguro. En esta ocasión hacemos un breve recuento de las potenciales afectaciones identificadas en estudiantes salvadoreños de bachillerato, producto del uso desprotegido de la gran red de redes, y compartiremos algunas acciones que ayudan en la prevención de los efectos nocivos.  

La sociedad global se encuentra transitando hacia la Cuarta Revolución Industrial, caracterizada por usos intensivos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). Este hecho no es menor, ya que muchos de los bienes producidos no son tangibles como en la anterior revolución, sino producto de la información y la aplicación del conocimiento.

Por tanto, desarrollar habilidades para el uso y mantenerse seguro en Internet es y seguirá siendo fundamental en nuestra época, y tanto la escuela como la familia tienen un papel preponderante para guiar en ello a la niñez y adolescencia.

La aceleración de la digitalización propiciada por la pandemia ha reducido la brecha tecnológica abismalmente en El Salvador, esto se encontró en el estudio realizado por este autor en el marco de su trabajo de tesis de Maestría, donde participaron 624 estudiantes de las 6 cabeceras departamentales más populosas de El Salvador. Solo el 1.25% de los estudiantes participantes no tienen acceso a algún dispositivo con acceso a Internet, un acceso bastante igualitario (entendido como posesión de los recursos habilitadores para el uso de Internet).

Según los análisis que hacen Abuín-Vences las situaciones de acoso y maltrato psicológico a través de las TICs se han propiciado por la conjunción de tres factores: uso intensivo y extensivo de la red, la penetración de los smartphones y las redes sociales.

En el caso de los estudiantes adolescentes que participaron del estudio en El Salvador, cumplen los tres factores: a) uso intensivo, ya que permanecen más de 4 horas diarias en la red de redes y algunos hasta 8 horas. b) uso extensivo, sus usos van más allá del estudio o aprendizaje, sino también hacen usos permanentes orientados a la recreación que los pone en mayor riesgo, c) la penetración de los smartphone o teléfonos celulares.

De manera individual el 90% logra un acceso a estos dispositivos, teniendo también a disposición el acceso familiar que abarca al 43%. En el caso de las redes sociales virtuales, más del 98% utiliza estas herramientas de socialización cibernética, el factor más riesgoso por la exposición a grupos grandes de pares y personas adultas.

Kyriacou, C., & Zuin, A. se han dedicado a evaluar la efectividad de programas en contra del acoso cibernético y otros similares, obteniendo hallazgos que relacionan menores riesgos asociados, cuando existe tanto en la niñez y juventud cuidadores o familiares que orientan y supervisan, desarrollando más habilidades en el uso responsable de Internet.

Luego de una revisión de diversas fuentes, se proponen algunas acciones tendientes a reducir los riesgos:

  1. Evitar compartir información personal a través de las redes sociales. Dejar sin rellenar información sensible como edad, lugar de residencia, lugar de estudio, publicación de fotografías con potencial manipulador y otras similares.
  2. Evitar compartir claves de redes sociales virtuales y acceso a dispositivos electrónicos. Lo recomendable es cambiar claves cada 6 meses como máximo.
  3. Los adolescentes y jóvenes deben procurar mantener comunicación con los responsables de la familia sobre maltratos y solicitudes extrañas de otras personas, amigos y compañeros. Para ello la familia debe mostrar una actitud abierta a escuchar sobre usos inadecuados para actuar.
  4. El uso de las redes sociales es recomendable para adolescentes que ya han complido los 15 años, antes no deberían tenerse acceso, por el nivel de desarrollo necesario para discriminar información y alertar de posibles peligros. Los responsables de familia deben hacer el esfuerzo por conocer las implicaciones del uso de cada red social que los jóvenes utilizan, informarse y tener una actitud de acompañar y vigilar, sin afectar la autonomía.
  5. Reducir el uso de dispositivos con acceso a Internet a no más de 3 horas diarias. Este es un reto muy grande para madres, padres de familia y responsables. Organizar horarios de uso y organización de diversas actividades en el día, es una alternativa que ha dado muchos frutos.

En nuestro sitio web contamos con varios artículos relacionados con estas problemáticas y con acciones que ayudan en su prevención, le invitamos a seguir informándose sobre estos riesgos, tanto para personas adultas como para niñez y adolescencia.

Referencias

Abuín-Vences, N., Maestro-Espínola, L., & Cordón-Benito, D. (2019). Internet, smartphones y redes sociales como factores determinantes en el incremento de casos de ciberacoso. Revista ESPACIOS, 40(04). https://www.revistaespacios.com/a19v40n04/19400423.html

Kyriacou, C., & Zuin, A. (2016). Cyberbullying and moral disengagement: an analysis based on a social pedagogy of pastoral care in schools. Pastoral Care in Education.

Carlos Molina Medrano

Actuar ante el uso inadecuado de Internet en adolescentes salvadoreños
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